Del 22 al 26 de mayo
Nada más bello, pues, que hacer un buen poema.
Los poemas se hacen, ¿verdad? Y la poesía
se difunde por ellos como luz que no quema,
como en la risa pura suele estar la alegría.
«Como engendra el dolor la hermosura suprema
de la renuncia», díjeme una vez que sufría.
La palabra es un bien que se trabaja, gema
-me opuse- que me exige precisa orfebrería
para su exacto engaste; y declaro, humildemente,
que necesito estar descansado y consciente
para tan delicada y exquisita tarea,
con íntimo reposo y, hablando en puridad,
próximo a lo que el mundo llama felicidad,
vicarios los sentidos para tallar la idea.
ANTONIO CARVAJAL
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