El último hombre de la Tierra y su nueva acompañante encienden una
hoguera para calentar la comida y caldear el ambiente.
Los dos están inmersos en sus pensamientos, los dos tienen la mirada
perdida en la danza de las llamas.
Jack, mirando fijamente el fuego, rompe el tenso e incómodo silencio que
reina en la habitación.
- Alice.
- Dime.
-
¿Dije algo entre
sueños, cuándo estaba inconsciente? - musita él levantando la mirada, con el
semblante serio.
- Sí. Empezabas a
gritar “¡Despierta, despierta!”. Y continuabas diciendo, en un susurro
“Melanie, aguanta. Ya voy.”, y volvías a gritar “¡Jack, levántate y haz algo de
provecho!” - le mira fijamente a los ojos y musita:
-
En esos
momentos, empezaba a recorrerte la frente, un sudor frío terrorífico. Te subía
la fiebre hasta las nubes. Me tenías preocupada, Jack. Muy preocupada, Jack.
Muy preocupada.
El silencio invade nuevamente la habitación. Esta vez, se encarga
Melanie de echarlo.
- ¿Por qué querías
saberlo?
-
Te vas a reír de
mí cuando te lo diga . - y después de una honda inspiración, le responde- Cuando
me desperté, tenía la garganta más seca que esta cueva.
Y con esa simple frase, una pequeña hipérbole, se asomó tímidamente en
el rostro de Alice, una sonrisa. Y fruto de esa pequeña sonrisa, él también
sonrió, a medias. Él se acerca tímidamente a ella, y cuando va a dejar su mano
reposando en la de ella... Da un fuerte grito y la aparta, al mismo tiempo que
le da un pisotón a una serpiente venenosa. Se había acercado sigilosamente, y
ninguno de los dos se había percatado de su presencia. El cuerpo amarillo y
negro del reptil, cubierto de veneno, está espachurrado en el suelo, sin vida.
- Pero ¿qué
demonios...?
-
Estaba a punto
de morderte. Llega a hacerlo... Y no sobrevives para contarlo. - explica él,
seco, mirándola.
- ¿Ahora eres
experto en reptiles? - le pregunta Alice, irónica y pícara a partes iguales.
-
Experiencia. -
responde con una expresión que lo delata – No sería la primera vez... que veo
morir a alguien por culpa, de ese bichejo. - dice él, tragando saliva, cerrando
los puños, apartando la vista.
- Lo siento. -
murmura Alice, mostrándose algo avergonzada. Él joven se sorprende ante tal
reacción. - No tenía ni idea...
-
No te preocupes.
No podías saberlo. - contesta él, algo arrepentido, restándole importancia al
asunto.
- ¿Quieres hablar
del tema?
-
No. No, gracias.
Suficientes emociones por un día. Quizá en otro momento.
-
De acuerdo.
Cuando quieras, no pensaba irme en un corto plazo de tiempo. - responde ella,
provocándole a Jack una carcajada.
- Oye, ¿tienes por
ahí algo con que llenar el estómago? Tengo hambre.
- Sí, en el bolso
hay comida. - contesta ella, lanzándoselo.
-
Mmm, una
manzana. - exclamó él, rebuscando en el bolso.
- Si no te
importa, me voy a acostar ya.
-
Estupendo. - le
dice Jack, con el jugo de la manzana chorreándole por la barbilla.
Alice se tumba en el suelo, a una distancia prudencial del fuego, usando
la mochila medio abierta como almohada, de la que sobresale un rifle.
Jack se apoya en una roca, con una rodilla estirada y otra doblada,
mordiendo feliz, su manzana.
- Buenas noches,
Jack.
- Buenas noches,
Alice.
El silencio se asienta de nuevo en la cueva, interrumpido
intermitentemente por los bocados de Jack y la respiración acompasada de Alice.
El último hombre de la Tierra se pierde en sus pensamientos.
DEJAMOS AQUÍ LA HISTORIA DE JACK, PERO LA RETOMAREMOS EN SEPTIEMBRE.
GRACIAS A TODOS LOS QUE HABÉIS CONTINUADO LA HISTORIA Y, SOBRE TODO, A ALBA BONILLO, QUE NOS HA DEJADO INTRIGADOS CON CADA CAPÍTULO.
A LA VUELTA DEL VERANO, LA SIGUIENTE TEMPORADA.
PODÉIS IR OPINANDO YA SOBRE LO QUE CREÉIS QUE PASARÁ...
...
DEJAMOS AQUÍ LA HISTORIA DE JACK, PERO LA RETOMAREMOS EN SEPTIEMBRE.
GRACIAS A TODOS LOS QUE HABÉIS CONTINUADO LA HISTORIA Y, SOBRE TODO, A ALBA BONILLO, QUE NOS HA DEJADO INTRIGADOS CON CADA CAPÍTULO.
A LA VUELTA DEL VERANO, LA SIGUIENTE TEMPORADA.
PODÉIS IR OPINANDO YA SOBRE LO QUE CREÉIS QUE PASARÁ...
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