Nuestro compañero Julien, auxiliar de conversación francés, nos recomienda un libro que supuso un antes y un después en su experiencia como lector: "La insoportable levedad del ser", de Milan Kundera.
(Compartimos su texto original y la traducción).
"Hier, loin d'ici, je baladais entre les pages blanches d'une vie à vivre. Sur le chemin, quelques odeurs étranges, et des objets bizarres : des livres. J'en voyais partout, chez moi, dans la rue, dans les magasins. Entre les produits ménagers et les fruits. Un jour, le hasard a mené mes yeux jusqu'à Kundera. Un écrivain tchèque, exilé en France. Le titre de l'ouvrage était "l'insoutenable légèreté de l'être". Drôles de mots, et cela m'a plu. Quelques jours après, un jour de soleil, et j'ai ouvert ce livre. Ma vie a changé dès ce moment-là. J'ai découvert que les mots, la poésie qu'ils transportent, me permettaient de voyager sans quitter le canapé. J'ai appris des expressions nouvelles, des mondes indomptés. J'ai rencontré des univers que jamais je n'aurais pu imaginer.
Depuis, grâce aux livres, aux arts, mais aussi aux gens, aux lieux, aux couleurs et aux rencontres impromptues, je cultive l'amour du voyage. Entre ici et mille ailleurs. Je survole la terre, et tant de galaxies. Comme un explorateur, que les mots mènent je ne sais où. Les mots ? Comme des valises."
Depuis, grâce aux livres, aux arts, mais aussi aux gens, aux lieux, aux couleurs et aux rencontres impromptues, je cultive l'amour du voyage. Entre ici et mille ailleurs. Je survole la terre, et tant de galaxies. Comme un explorateur, que les mots mènent je ne sais où. Les mots ? Comme des valises."
"Ayer, lejos de aquí, me paseaba entre las páginas en blanco de una vida por vivir. A lo largo del paseo, algunos olores extraños y unos objetos raros: los libros. Los veía por todas partes: en mi casa, en la calle, en las tiendas…, entre los productos de la limpieza y las frutas. Un día, el azar llevó mis ojos hasta Kundera, un escritor checo exiliado en Francia. El título del libro era "La insoportable levedad del ser". ¡Extrañas palabras! Y eso me gustó. Algunos días después, un día de sol, abrí el libro. Mi vida cambió a partir de ese momento. Descubrí que las palabras, la poesía que llevan consigo, me permitían viajar sin levantarme del sofá. Aprendí nuevas expresiones, mundos imposibles de domesticar. Encontré universos que nunca hubiera podido imaginar.
Desde entonces, gracias a los libros, al arte, pero también a la gente, a los lugares, a los colores y a los encuentros inesperados, cultivo el amor por el viaje. Entre el aquí y mil lugares más. Sobrevuelo la Tierra y tantas otras galaxias. Como un explorador a quien las palabras llevan no se sabe adónde. ¿Palabras? Como maletas."
Desde entonces, gracias a los libros, al arte, pero también a la gente, a los lugares, a los colores y a los encuentros inesperados, cultivo el amor por el viaje. Entre el aquí y mil lugares más. Sobrevuelo la Tierra y tantas otras galaxias. Como un explorador a quien las palabras llevan no se sabe adónde. ¿Palabras? Como maletas."
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