El último hombre de la Tierra y su nueva acompañante encienden una hoguera para calentar la comida y caldear el ambiente. Los dos están inmersos en sus pensamientos, los dos tienen la mirada perdida en la danza de las llamas. Jack, mirando fijamente el fuego, rompe el tenso e incómodo silencio que reina en la habitación. - Alice. - Dime. - ¿Dije algo entre sueños, cuándo estaba inconsciente? - musita él levantando la mirada, con el semblante serio. - Sí. Empezabas a gritar “¡Despierta, despierta!”. Y continuabas diciendo, en un susurro “Melanie, aguanta. Ya voy.”, y volvías a gritar “¡Jack, levántate y haz algo de provecho!” - le mira fijamente a los ojos y musita: - En esos momentos, empezaba a recorrerte la frente, un sudor frío terrorífico. Te subía la fiebre hasta las nubes. Me tenías preocupada, Jack. Muy preocupada, Jack. Muy preocupada. El silencio invade n...