Ir al contenido principal

Ven, qué te de un verso: Rebeca Lane, "Ni una menos".

NI UNA MENOS

 

Quisiera tener cosas dulces que escribir,

pero tengo que decidir y me decido por la rabia.

Cinco mujeres hoy han sido asesinadas

y a la hora, por lo menos, veinte mujeres violadas.

Eso que solo es un día en Guatemala,

multiplícalo y sabrás por qué estamos enojadas.

No voy a andar con pinzas para quien no entienda

que esto es una emergencia y estamos preparadas.

No soy pacifista no me exijan cosas que no ofrezco.

No pedí un pedestal ni lo merezco.

Soy como las otras, hartas de andar con miedo,

agresiva porque es la forma en que me defiendo.

No tengo privilegio que proteja este cuerpo.

En la calle creen que soy un blanco perfecto,

pero soy negra como mi bandera y valiente,

en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas.

La curandera que murió de tantos golpes

porque el hombre que la amaba realmente la odiaba.

La otra que fue abandonada con un hijo

y cuando se enfermó tuvo que mandarlo a un hospicio.

Esta va por mí porque a los 15 años

me atravesó la cara un golpe desde su mano

porque ningún humano se hizo presente

el día que un delincuente me dejó el pezón marcado.

Esto va por la niña de 9 años

obligada a un embarazo porque la violó su hermano.

Una niña sin derechos porque el clero

considera que el aborto es peor que lo que le han hecho.

Me remito a los hechos.

No voy a explicarle con dibujos a ningún macho de esos

 

que creen que con su intelectualidad nos van a venir a

educar sentados en sus privilegios.

No tengo privilegio que proteja este cuerpo.

En la calle creen que soy un blanco perfecto,

pero soy negra como mi bandera y valiente,

en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas.

Cuéntanos bien, en las calles somos miles

desde México hasta Chile y en el planeta entero

en pie de lucha porque vivas nos queremos.

No tenemos miedo, no queremos a ni una menos.

Díganme loca histérica y exagerada,

pero hoy canto en mi nombre

y en el de todas mis hermanas.

No nos acusen de violentas, esto es autodefensa.

Estamos en resistencia, ya no somos indefensas.

Pero soy negra como mi bandera y valiente,

en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas.

 

Rebeca Lane





Comentarios

Entradas populares de este blog

Hasta siempre

Esta mañana, en el instituto, los elementos cotidianos se han vuelto extraños, casi hostiles. Había un silencio denso y doloroso. Todos, unidos por la pena, en la entrada del centro, despedíamos a Jose Redondo. Era un profesor amable, entregado, comprensivo, cariñoso, paciente, entusiasta; una persona llena de humanidad que, desde la discreción y la sencillez, ha calado hondo en nuestras vidas; una persona necesaria, de esas que, como decía Borges, se ignoran, pero están salvando el mundo. Con el paso de las horas, en el llanto y el silencio se han ido colando los recuerdos: los intercambios a Francia, las risas y las bromas en el aula, las clases de francés por la tarde a los padres, su gesto sereno y cordial, su dedicación y su implicación, su ayuda siempre que uno la necesitaba. "No nos acostumbraremos a no verlo por aquí", decía uno de los alumnos en el pasillo. Y será así, pero nos acompañará el recuerdo de todo lo vivido y construido juntos estos años en el...

Ven, que te dé un verso: Laura Casielles, "Redención".

REDENCIÓN Nos debatimos intentando atrapar algo de la verdad del mundo. Estudiamos idiomas, hacemos viajes, tratamos de leer y de escribir. Hablamos con la gente y le hacemos preguntas, muchas preguntas. Así vamos trenzando nuestras tramas, tensando nuestros hilos. La vida toma forma y es el rumbo de una flecha. Pero a veces, inesperada luz, una inquietud sin nombre se nos sube a la espalda. Repentina visión de que el tiempo nos va a fallar: estamos construyendo con arena en un desierto. Entonces se diría que el amor es la medida del hombre. Entonces se querría dejarlo todo a medio hacer y salir      corriendo a besar y a batir palmas. Laura Casielles

Ven, que te dé un verso: Francisca Aguirre, "Travesía peligrosa".

  Semana del 3 al 7 de junio de 2019 Travesía peligrosa Iré más allá: más allá de América y más allá de la acera de enfrente. Más allá del mar y más allá de los libros. Más allá de mi propio corazón y más allá de la música. Iré más allá de las estrellas y más allá de las lágrimas. Más allá de la sabiduría y más allá de la inocencia. Más allá de la fe y más allá del amor. Y cuando el más allá se convierta en el acá cercano, regresaré, y como en los buenos tiempos haré la peligrosa travesía de tomar una taza de café. Francisca Aguirre