DESVANECIDA
Mientras
Vasili Kandinsky inauguraba con su pintura
el
arte abstracto,
en Europa estallaba la Primera Guerra Mundial,
luego
vino la segunda,
y el
poeta René Char escribió aquello de:
«¡Oh
Historia! El mundo ha caminado tanto
desde tu llegada,
que no es más que una vasija de huesos,
un voto de crueldad.
¡Oh,
dama desvanecida, sirvienta del azar...!».
Vivimos
un siglo bárbaro.
Pero
¿cuál no lo fue?
A lo largo de la historia de los hombres,
los asuntos de nuestra condición
han sido llevados siempre a lomos de la violencia
y la
intolerancia.
Nuestros armarios han estado más de una vez
llenos
de muertos.
Con
orgullo hemos arrojado a las llamas
los
grandes libros del pensamiento,
ignorando
la vida,
alzándonos
sobre nuestras propias ruinas
con el aroma de las cosas
arrancadas.
Todo
parece indicar
que extraños Homo sapiens bajo la bóveda del cielo,
envanecidos,
ebrios de desconocimiento,
vamos con mucha prisa hacia ninguna parte.
Julia Otxoa
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