HIMNO AL SOL
Ociosa y pensativa
me pinto las uñas.
Luego agito las manos
como he visto agitarlas a mi madre.
Párate, sol, que el día no se vaya,
ni la luz en los colores
prismáticos del esmalte
ni en los collares de yeso
de la Dama de Elche que hay sobre la mesa.
Aunque las uñas están secas pongo
las manos a ambos lados del sillón:
caen al aire, vencidas,
y muchas cosas pasan ante mí.
Tienen que ver conmigo casi todas,
y muchas las invento. Sol, no pares,
que quiero que pasen
unas horas de golpe,
acostarme cansada.
Esther Morillas
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