POEMAS GANADORES Y FINALISTAS DE "LA VIDA EN VERSO", EDICIÓN DE FEBRERO: "TODO ASUSTA"
SOLEDAD
Tengo miedo,
siento frío,
no tengo fuerzas,
no puedo seguir.
Siento el dolor.
Es puntiagudo
y pincha como una aguja.
Es grande y pesado
como un elefante.
No me puedo librar de él
¡Ayuda!
Nadie me oye,
Nadie me escucha.
¡Ayuda!
No responde nadie,
No contesta nadie.
Estoy solo,
solo, solo, solo, …
esa palabra suena en mi cabeza,
no tengo a nadie para reír,
llorar, saltar, correr, jugar …
solo estoy yo y nadie más
¡Ayuda!
Me ahogo en un mar de desesperación.
Mis sueños, esperanzas y alegrías se hundieron.
Nadie me ayuda,
nadie se fija en mí,
nadie me mira.
Solo estoy yo y nadie más,
pero tú me rescataste.
Ahora nado en un mar de alegría
contigo a mi lado.
Le dije adiós a la soledad,
le dije adiós al dolor,
le dije adiós a mis problemas
y le digo hola a una nueva vida.
José Romero Cortés, 1º ESO F
En un mar olvidado
de recuerdos ya perdidos
navega mi lúgubre sinsentido
en una barquita, llorando, vencido
buscando el encuentro
entre tanto pesar
de un amor perdido.
Con colores poco vivos
y en la voz un tono fingido
forzando su nuevo canto
para dedicar a todo lo vivido
que es lo último que queda
en este mar tan perdido.
Nuria A. Confalonieri, 2º Bachillerato C
Miedo a que todo desaparezca,
que nada vuelva a ser lo que era.
Miedo de mirarme al espejo
no recordar el mundo que solía comerme,
pensar que soy menos,
cuando soy mucho más
pensar que no puedo
sin intentarlo.
Sopesar circunstancias caóticas,
que acabarán comiendo mis sentidos,
pensar menos y hacer más,
querer más y sufrir menos
todo aquello que soñaba
se quemaba junto a recuerdos,
resguardados por el tiempo,
apreciados por ello.
Apego a vagos recuerdos,
hirviendo mi sangre.
Y una vez más
debo mirarme al espejo
y gritar:
Que me necesito,
más que nunca.
Lucía Vega Ortiz, 4º ESO C
Miedos de amor
Tengo miedo,
a que tus labios inquietos
como peregrino marchen,
y a que tus luceros
en otro cuerpo brillen.
Tengo miedo,
a que erices otra piel,
que bailes en otro cuerpo,
al arrebato de tu locura.
En tu presencia acaba mi angustia,
tu noche es mi noche,
y tu mirar fulgurante
abre el camino de mi deseo.
Tengo miedo,
al ímpetu de mi eudaimonía,
al retorno de mi crisálida,
al oscuro clavel.
Tengo miedo.
Cristian Sandoval Arroyo, 2º Bachillerato C
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