Ir al contenido principal

Ven, que te dé un verso


Del 11 al 15 de junio



Zviad Gogolauri
MÚSICA

Un edificio, como una atalaya.
Entre dos hombres, subían un piano
por la escalera estrecha y empinada,
igual que una campana al campanario.


Llevaban hacia arriba el instrumento
por encima de la ciudad sin límite,
como las tablas de los mandamientos
sobre la pedregosa altiplanicie.

Tan pronto como el piano está en la sala,
la ciudad con su ruido y su estridencia
se queda como hundida bajo el agua,
en la profundidad de las leyendas.

El inquilino de la sexta planta
examina la Tierra desde lo alto,
como si de su reino se tratara
y él pudiera cogerla entre sus manos.Entra en el piso y se pone a tocar,
y no piezas ajenas; él compone...
sus propios pensamientos: un coral,
un oratorio, un susurro de bosque.

Y en su improvisación palpita el fuego,
la noche, un traqueteo de carruajes,
estrepitosas cubas de bomberos,
la soledad, y un soplo de la calle.

Con hambre de algo más que un aire ingenuo,
de noche entre las velas, era así
como Chopin anotaba su sueño
sobre el negro aserrado del atril;

así también con tres generaciones
respecto al mundo entero de adelanto,
tronaron en su vuelo los acordes
de las Valquirias sobre los tejados;

o así con un estrépito diabólico
logró Chaikovski que se estremeciera
toda la sala del conservatorio
por el amor de Paolo y Francesca.

BORÍS PASTERNAK

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hasta siempre

Esta mañana, en el instituto, los elementos cotidianos se han vuelto extraños, casi hostiles. Había un silencio denso y doloroso. Todos, unidos por la pena, en la entrada del centro, despedíamos a Jose Redondo. Era un profesor amable, entregado, comprensivo, cariñoso, paciente, entusiasta; una persona llena de humanidad que, desde la discreción y la sencillez, ha calado hondo en nuestras vidas; una persona necesaria, de esas que, como decía Borges, se ignoran, pero están salvando el mundo. Con el paso de las horas, en el llanto y el silencio se han ido colando los recuerdos: los intercambios a Francia, las risas y las bromas en el aula, las clases de francés por la tarde a los padres, su gesto sereno y cordial, su dedicación y su implicación, su ayuda siempre que uno la necesitaba. "No nos acostumbraremos a no verlo por aquí", decía uno de los alumnos en el pasillo. Y será así, pero nos acompañará el recuerdo de todo lo vivido y construido juntos estos años en el...

Ven, que te dé un verso: Laura Casielles, "Redención".

REDENCIÓN Nos debatimos intentando atrapar algo de la verdad del mundo. Estudiamos idiomas, hacemos viajes, tratamos de leer y de escribir. Hablamos con la gente y le hacemos preguntas, muchas preguntas. Así vamos trenzando nuestras tramas, tensando nuestros hilos. La vida toma forma y es el rumbo de una flecha. Pero a veces, inesperada luz, una inquietud sin nombre se nos sube a la espalda. Repentina visión de que el tiempo nos va a fallar: estamos construyendo con arena en un desierto. Entonces se diría que el amor es la medida del hombre. Entonces se querría dejarlo todo a medio hacer y salir      corriendo a besar y a batir palmas. Laura Casielles

Ven, que te dé un verso: Francisca Aguirre, "Travesía peligrosa".

  Semana del 3 al 7 de junio de 2019 Travesía peligrosa Iré más allá: más allá de América y más allá de la acera de enfrente. Más allá del mar y más allá de los libros. Más allá de mi propio corazón y más allá de la música. Iré más allá de las estrellas y más allá de las lágrimas. Más allá de la sabiduría y más allá de la inocencia. Más allá de la fe y más allá del amor. Y cuando el más allá se convierta en el acá cercano, regresaré, y como en los buenos tiempos haré la peligrosa travesía de tomar una taza de café. Francisca Aguirre