"Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra".
Esta frase, dicha por don Quijote al final del capítulo LXIV, servía este mes de inspiración para las pequeñas historias que han llegado a la biblioteca. En torno a ella, hemos leído relatos caballerescos, de esgrima, de rodaje o teatrales. Entre ellos, los ganadores y seleccionados de este mes son los siguientes:
GANADORES
Había tenido un día terrible, de esos en los que todo te sale mal, y me fui a clase de esgrima para ver si se me pasaba el mal humor.
Llegué al gimnasio, me encontré con el hijo de mi profesor; tiene seis años, es alto y delgado, y me pidió que hiciéramos un combate. ¡Lo que faltaba!, pensé.
Al iniciar el ataque, cayó de espaldas. Me acerqué y me dijo muy serio: "Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra".
Me puse a reír, aquel pequeño Don Quijote me había alegrado el día.
Jorge Picado Cariño, 2º ESO E
"Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra". Esas fueron las últimas palabras de don Manuel. El Caballero de la Negra Luna lo había derrotado y, siendo así, don Manuel no quería seguir viviendo con esa vergüenza de haber perdido un duelo.
Después de eso, cae al suelo y los aplausos empiezan a escucharse por todo el teatro. La obra había finalizado.
Micaela Badea, 3º ESO A
CLASIFICADOS
Aguilar y Clemente eran dos caballeros que se llevaban muy bien, pero los dos querían a la misma mujer. Un día, Clemente estaba en la casa de Rosalía y, de repente, alguien tocó a la puerta. Era Aguilar. A Aguilar no le gustó que Clemente estuviera allí, lo cual dio lugar a una fuerte discusión, y los hombres empezaron a luchar.
Clemente, al ver que estaba perdido, dijo: "Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra".
Aguilar se quedó algo confuso, pero decidió quitarle la vida.
Marcelo Huertas Ramírez, 2º ESO E
— Aprieta, caballero, la lanza, y quítame la vida, pues me has quitado la honra.
— No sé si darte ese gusto, mejor dejarte vivo, mas despojado de honra.
Isabelle me miraba, toda ojos llorosos y barbilla inquieta.
— ¿Te parece poco dolor saber que mi amada está junto a ti?
— Si te matase, le causaría daño a ella, y a mi amor no le deseo ningún mal.
— Si es lo que desea, hazlo. — murmuró ella, sollozando
— Así sea. — alzó la lanza, y cuando debía atravesarme el pecho...
— ¡Corten! Suficiente por hoy chicos.
Alba Bonillo López de 2° ESO A
Diez de la mañana, sábado. Mi hermana y yo estamos haciendo deberes, ella me mira y disimuladamente se ríe. Las dos estamos esperando impacientemente a mi padre, que a las diez y media llegará a casa con todas las cajas del trabajo.
Ya ha llegado nuestro padre, rápido, bajamos al salón para coger las cajas.
Muy contentas, empezamos a montar una caja encima de otra y...¡tachán! Ya tenemos nuestra fortaleza. Después, cogemos dos cajas de escudo y recortamos unas lanzas en otro cartón.
La lucha comienza, yo gano porque soy mayor y tengo más fuerza. Mi hermana grita: "Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra".
Marina Martín Páez, 3º ESO A
Una dama fue casada con un caballero que no la amaba. Ella vivía en la riqueza, llevaba una vida perfecta. Todo el pueblo la admiraba, era una joven discreta y callada. Lo tenía todo, menos el amor de su esposo.
Pasaban los días y era maltratada, él no la amaba. La dama sufría día a día, recibiendo golpe tras golpe. Nadie sabía lo que ella aguantaba. Un día recibió un golpe fuerte por parte de su esposo, y esta le dijo: "Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra".
Beatriz Montalbán García, 2º PCPI
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