El hijo de una madre
mata al hijo de otra madre.
De dos hijos sobrevive uno,
de ambas madres solo se salva
el recuerdo del día que los parieron.
Los señores de la guerra
eligen siempre los hijos que morirán
y las madres que pagarán por ellos.
Los poderosos pagan
para que ni sus hijos, ni sus madres,
entren en ese reparto.
Begoña Abad
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