DOCE ALARMAS HACEN FALTA…
Doce alarmas hacen falta
para despertarme.
Un caos de ropa y desnudez,
sábanas, hambre, suelo frío.
Me miras con los ojos cerrados
y te doy la espalda soñoliento.
Todavía es de noche y no sé qué ponerme
-todo el pijama arremangado,
atino apenas con los demás deberes-.
Suelo levantarme antes por el miedo
a comprobar que no ha cambiado nada,
que el desorden es siempre el mismo
-y lo compruebo-.
(Ayer un saltamontes murió, no sé cómo,
en el quicio de la puerta.)
Una raya afila la ventana
y el día se me anuncia en el espejo.
Duermes aún, yo te prometo
encontrar hoy otra manera
distinta de quererte.
Javier Calderón
Comentarios
Publicar un comentario