LOS DÍAS VENIDEROS
Los días venideros no llegaron.
Se agotaron, fulgentes, en los brindis.
Lo por venir ya estaba caducado
a la hora de soñar.
Os pido, dioses,
sólo sueños portátiles, menudos,
cinta para medir el horizonte,
y días que no engañen, desde lejos,
como veleros gráciles
cargados de ataúdes.
Aurora Luque
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