I
Una niña se esconde
debajo de la mesa.
El idioma del odio no
entiende
de ojos tristes:
el odio nos susurra y
balbucea,
rompe muebles, hace a
los hombres ser
un poco extraños,
decir mentiras,
matar a sus esposas.
Una escena común en
esta casa
de luto blanco y luces
encendidas:
una niña escondida
debajo de la mesa
que promete vivir allí
por siempre
hasta que no haya
riesgo ni castigos,
hasta que él ya no
exista.
Permanecer allí
durante meses,
quizá durante años,
debajo del mantel,
hasta poder tener su
propia mesa
en una casa nueva.
Rosa Berbel
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