Ir al contenido principal

Ven, que te dé un verso

                                                                                    Del 23 al 27 de enero



Amor a primera vista


Ambos están convencidos

de que los ha unido un sentimiento repentino.

Es hermosa esa seguridad,

pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían

no había sucedido nada entre ellos.

Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos

en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles

si no recuerdan

-quizá un encuentro frente a frente

alguna vez en una puerta giratoria,

o algún “lo siento”

o el sonido de “se ha equivocado” en el teléfono-,

pero conozco su respuesta.

No recuerdan.

Se sorprenderían

de saber que ya hace mucho tiempo

que la casualidad juega con ellos,

una casualidad no del todo preparada

para convertirse en su destino,

que los acercaba y alejaba,

que se interponía en su camino

y que conteniendo la risa

se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,

pero qué hacer si no eran comprensibles.

¿No habrá revoloteado

una hoja de un hombro a otro

hace tres años

o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.

Quién sabe si alguna pelota

en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres

en los que un tacto

se sobrepuso a otro tacto.

Maletas, una junto a otra, en una consigna.

Quizá una cierta noche el mismo sueño

desaparecido inmediatamente después de despertar.



Todo principio

no es más que una continuación,

y el libro de los acontecimientos

se encuentra siempre abierto a la mitad.


De Fin y principio, 1993


WISLAWA SZYMBORSKA



Comentarios

Entradas populares de este blog

Hasta siempre

Esta mañana, en el instituto, los elementos cotidianos se han vuelto extraños, casi hostiles. Había un silencio denso y doloroso. Todos, unidos por la pena, en la entrada del centro, despedíamos a Jose Redondo. Era un profesor amable, entregado, comprensivo, cariñoso, paciente, entusiasta; una persona llena de humanidad que, desde la discreción y la sencillez, ha calado hondo en nuestras vidas; una persona necesaria, de esas que, como decía Borges, se ignoran, pero están salvando el mundo. Con el paso de las horas, en el llanto y el silencio se han ido colando los recuerdos: los intercambios a Francia, las risas y las bromas en el aula, las clases de francés por la tarde a los padres, su gesto sereno y cordial, su dedicación y su implicación, su ayuda siempre que uno la necesitaba. "No nos acostumbraremos a no verlo por aquí", decía uno de los alumnos en el pasillo. Y será así, pero nos acompañará el recuerdo de todo lo vivido y construido juntos estos años en el...

Ven, que te dé un verso: Laura Casielles, "Redención".

REDENCIÓN Nos debatimos intentando atrapar algo de la verdad del mundo. Estudiamos idiomas, hacemos viajes, tratamos de leer y de escribir. Hablamos con la gente y le hacemos preguntas, muchas preguntas. Así vamos trenzando nuestras tramas, tensando nuestros hilos. La vida toma forma y es el rumbo de una flecha. Pero a veces, inesperada luz, una inquietud sin nombre se nos sube a la espalda. Repentina visión de que el tiempo nos va a fallar: estamos construyendo con arena en un desierto. Entonces se diría que el amor es la medida del hombre. Entonces se querría dejarlo todo a medio hacer y salir      corriendo a besar y a batir palmas. Laura Casielles

Ven, que te dé un verso: Francisca Aguirre, "Travesía peligrosa".

  Semana del 3 al 7 de junio de 2019 Travesía peligrosa Iré más allá: más allá de América y más allá de la acera de enfrente. Más allá del mar y más allá de los libros. Más allá de mi propio corazón y más allá de la música. Iré más allá de las estrellas y más allá de las lágrimas. Más allá de la sabiduría y más allá de la inocencia. Más allá de la fe y más allá del amor. Y cuando el más allá se convierta en el acá cercano, regresaré, y como en los buenos tiempos haré la peligrosa travesía de tomar una taza de café. Francisca Aguirre