MICRORRELATOS GANADORES
Llevaba una vida encerrado en lo que él llamaba “cárcel”. A sus dieciséis
ya había sufrido más que cualquiera. Empezó a apartarse del mundo. “Si no
siento; si no recuerdo; si no veo; no duele”, pensaba. Las personas que lo
apreciaban intentaron llegar a su burbuja pero él jamás les permitió entrar.
Tiró los libros, las notas, los contactos y sus esperanzas de una vida feliz.
Cuando quisieron darse cuenta, él ya estaba muy lejos. Y cerró los ojos para no
volver a abrirlos más, para no sentir, recordar o ver. No sabía si terminaba o
empezaba, pero necesitaba irse. Irse donde pudiera sonreír.
Elena Álvarez Sánchez 1º Bach B
"El soñador"
Abel tenía 84
años. Había vivido feliz toda su vida y junto a su familia, pero Abel tenía un
problema: todo lo que soñaba se hacía realidad.
Soñó que se iba a casar con
Almudena, y así fue. Soñó que iba a tener tres hijas y un hijo varón, todo lo
que soñaba se hacía realidad.
La noche de su 84 cumpleaños soñó
que le quedaban 365 días de vida y quiso despedirse. Organizó su propio
funeral, se reconcilió con la vida, y el día de su 85 cumpleaños cerró los ojos
para no volver a abrirlos más.
Hugo Cortacero Pérez, 1º ESO A
MICRORRELATOS FINALISTAS
Hacía tiempo
que no sentía apego hacia la vida. Todo se había vuelto gris y monótono. Ella
pensaba que ya había vivido lo suficiente. Había amado y la habían amado, había
llorado, había reído, pero, sobre todo, había vivido con plenitud. Al fin y al
cabo todo es efímero. La gente va y viene mientras poco nos marchitamos y la
luz de la vida se va apagando. Y entonces, mientras tenía ese pensamiento, supo
que había llegado su hora. S último anhelo fue poder regresar a aquellos días
tan perfectos. Sonrió y cerró los ojos para no volver a abrirlos más.
A veces me
siento muy feliz cuando sueño cosas bonitas. Sueño que estoy en el mar sentado
en la orilla… Noto la brisa marina en contacto con mi piel. Puedo oler la
espuma del mar. Me gustaría poder adentrarme en el océano, bajar hasta las
profundidades y ver los corales, arrecifes, bancos de peces… En el mar soy
feliz.
Cuando
despierto de mi sueño me siento triste y me gustaría cerrar los ojos para no
volver a abrirlos más.
David Ochando, 1ºESO A
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