Ir al contenido principal

Taller de escritura "Atenea": Abecedarios de amor.




Como comienzo para el taller, nos pareció ideal escribir sobre el amor. ¿Por qué?
Muy simple, cuando se celebró el Día de San Valentín , y para conmemorar esta fecha, decidimos escribir unos poemas de amor, o más bien, unos abecedarios de amor.
Consisten en enumerar, de una manera más cuidada y estética, las cualidades que cada uno de nosotros buscaría en esa persona especial.
Estos abecedarios no son nada nuevo, pues años atrás ya varios autores conocidos dieron vida a sus propios abecés. Uno de los más famosos fue el de Lope de Vega, “el abecé de los recién casados” de su obra Peribáñez y el Comendador de Ocaña.
A continuación, os dejamos nuestros propios poemas, esperamos que os gusten.

Amar con benevolencia,
obligatorio debería ser
y confiar en el otro
también.

Dulzura cada día tendrás
que ofrecer.
Y ser un ejemplo a seguir
para tus hijos indispensable es.

No olvides ser fiel y
 en momentos de duda
ofrecerte de guía.

Con un buen humor
de felicidad el hogar llenarás.

La ironía también deberás
manejar que, junto a un buen juicio,
inteligente te hará.

Si tienes buena labia
de algunos apuros nos podrás sacar.

Y tener un buen perder
en un noble hombre te convertirá.

Pero a veces opinar y quejarte
antes los demás tendrás.
Hacerte oír nunca está mal.

Ser raro buena cualidad es
ya que así serás menos banal.

Siendo sagaz podrás deslumbrar
y decir siempre la verdad valiente te hará.

¿Y para qué necesito yo que poseas
más cualidades si con estas impresionante serás?

Luz Clemente Llona, 4ºC


Amigo ha de ser, bueno y comprensivo también.
Divertido y a veces espontáneo, feliz y generoso.
No debe hartarse de mí.
Con la I, interesante y algo juicioso también.
Leal, y una M en ser maduro cuando se debe.
Con la N de noble y la O de original,asi sería
algo perfecto para mí:
Responsable también,seguro con la S.
La T de tolerante y la V de veraz, también podría llevar.

         Andrea López Rivera, 4ºC

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hasta siempre

Esta mañana, en el instituto, los elementos cotidianos se han vuelto extraños, casi hostiles. Había un silencio denso y doloroso. Todos, unidos por la pena, en la entrada del centro, despedíamos a Jose Redondo. Era un profesor amable, entregado, comprensivo, cariñoso, paciente, entusiasta; una persona llena de humanidad que, desde la discreción y la sencillez, ha calado hondo en nuestras vidas; una persona necesaria, de esas que, como decía Borges, se ignoran, pero están salvando el mundo. Con el paso de las horas, en el llanto y el silencio se han ido colando los recuerdos: los intercambios a Francia, las risas y las bromas en el aula, las clases de francés por la tarde a los padres, su gesto sereno y cordial, su dedicación y su implicación, su ayuda siempre que uno la necesitaba. "No nos acostumbraremos a no verlo por aquí", decía uno de los alumnos en el pasillo. Y será así, pero nos acompañará el recuerdo de todo lo vivido y construido juntos estos años en el

Ven, que te dé un verso: Laura Casielles, "Redención".

REDENCIÓN Nos debatimos intentando atrapar algo de la verdad del mundo. Estudiamos idiomas, hacemos viajes, tratamos de leer y de escribir. Hablamos con la gente y le hacemos preguntas, muchas preguntas. Así vamos trenzando nuestras tramas, tensando nuestros hilos. La vida toma forma y es el rumbo de una flecha. Pero a veces, inesperada luz, una inquietud sin nombre se nos sube a la espalda. Repentina visión de que el tiempo nos va a fallar: estamos construyendo con arena en un desierto. Entonces se diría que el amor es la medida del hombre. Entonces se querría dejarlo todo a medio hacer y salir      corriendo a besar y a batir palmas. Laura Casielles

Ven, que te dé un verso: Francisca Aguirre, "Travesía peligrosa".

  Semana del 3 al 7 de junio de 2019 Travesía peligrosa Iré más allá: más allá de América y más allá de la acera de enfrente. Más allá del mar y más allá de los libros. Más allá de mi propio corazón y más allá de la música. Iré más allá de las estrellas y más allá de las lágrimas. Más allá de la sabiduría y más allá de la inocencia. Más allá de la fe y más allá del amor. Y cuando el más allá se convierta en el acá cercano, regresaré, y como en los buenos tiempos haré la peligrosa travesía de tomar una taza de café. Francisca Aguirre