Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2025

Ven, que te dé un verso: "Son de paz", Luis García Montero

  En este poema Luis García Montero habla de la búsqueda de la paz como un proceso constante, que nos involucra tanto a nivel individual como colectivo, porque nuestras acciones tienen impacto en el mundo que nos rodea.     Son de paz Vigílate a ti mismo cuando hables de paz. Que no lleguen los himnos victoriosos donde el amor no llega. Que no te hagan injusto tus verdades igual que tus mentiras. Que el miedo no te obligue a ser valiente. Va contigo la sombra que te ve cuando cierras los ojos y miras a otra parte. Va en silencio contigo tu silencio. No olvides que el cinismo flota como un ahogado, que las guerras crueles necesitan de ti.                               Luis García Montero

Ven, que te dé un verso: "De todo quedaron tres cosas", Fernando Pessoa

  DE TODO QUEDARON TRES COSAS   De todo quedan tres cosas: la certeza de que estamos siempre comenzando, la certeza de que necesitamos continuar, la certeza de que seremos interrumpidos antes de terminar.   Por ello debemos: hacer de la interrupción un camino nuevo, de la caída, un paso de danza, del miedo, una escalera, del sueño, un puente, de la búsqueda, un encuentro.                                        FERNANDO PESSOA      

Ven, que te dé un verso: "Brindis cotidiano", Gloria Fuertes

  BRINDIS COTIDIANO ¡Brindo, por una paz perenne (no sólo duradera), que dure, lo que dure el hombre en esta tierra! ¡Brindo, por la alegría del planeta! ¡Brindo por el arroz y la lenteja! ¡Y porque todos tengamos un poeta! ¡Brindo, por la felicidad pequeña, por el amor grande, por la sonrisa tierna!   ¡Brindo con las copas de todos los árboles de la tierra! … Y brindo de verdad (aunque no salga de esta borrachera!)                                             Gloria Fuertes
Retomamos nuestros poemas semanales, tras este paréntesis navideño, con un hermoso y conmovedor poema de Miguel Hernández sobre la noche de Reyes y su otra cara no feliz para muchos niños y niñas. Escrito en 1937, el autor recuerda su infancia y la pobreza en la que gran número de personas vivía. LAS ABARCAS DESIERTAS Por el cinco de enero, cada enero ponía mi calzado cabrero a la ventana fría. Y encontraban los días, que derriban las puertas, mis abarcas vacías, mis abarcas desiertas. Nunca tuve zapatos, ni trajes, ni palabras: siempre tuve regatos, siempre penas y cabras. Me vistió la pobreza, me lamió el cuerpo el río, y del pie a la cabeza pasto fui del rocío. Por el cinco de enero, para el seis, yo quería que fuera el mundo entero una juguetería. Y al andar la alborada removiendo las huertas, mis abarcas sin nada, mis abarcas desiertas. Ningún rey coronado tuvo pie, tuvo gana para ver el calzado de mi pobre ventana. Toda ...