¡QUEDARON
TANTAS COSAS POR HACER!
¡Quedaron tantas cosas por hacer!
Por ejemplo, bailar con mi madre
un viejo tango.
O viajar a lugares que forman ya parte
de los sueños,
como Kinshasa, la bella ciudad
de la que habló Pilar Quirosa en alguno
de sus
poemas.
Sí
¡Quedaron tantas cosas por hacer!
Siempre me entretenía
camino de la Universidad
o del trabajo
(y siempre llegaba tarde)
Me paraba a hablar con los alumnos del teatro,
viejos actores que salían de la Academia,
de ensayar.
Y hablábamos un poco de las cosas
verdaderas
o no hablábamos.
Y todo era divertido y efímero,
Como el abrazo de Raimundo a la loca
de Hayra, o los besos de ella lanzados
al aire
como pájaros enloquecidos tras un disparo.
¡Quedaron tantas cosas por hacer!
Sí,
Por ejemplo, bailar con mi madre
un
viejo tango.
Creo que no éramos conscientes;
¿o sí lo éramos?
Habíamos quedado junto al río,
y reíamos o soñábamos los sueños
que aún no eran,
pero eran nuestros sueños
y eso nos divertía
(las cosas en su sitio)
y nuestras gafas de sol
y nuestros viejos vaqueros
y una
canción
en los labios
que hablaba de la vida
y del mar,
y unas rosas robadas
y el abrazo ya
roto
de las últimas
tardes.
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