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Poemas para un confinamiento_2

Semana del 31de marzo al 3 de abril

"Aristóteles define el miedo como un sufrimiento anticipado, por un mal que nos aguarda en el futuro. Lo contrario -la percepción del futuro como un bien- tiene que tener un nombre. Creo que es la confianza". 


Con estas palabras del prólogo del libro de poemas Confiado, de Juan Antonio González Iglesias, comenzamos el curso hace cuatro años; y también con el espléndido poema que da título al libro. Hablábamos entonces de las incertidumbres y nervios del principio de curso. Hoy, en estos días en que la incertidumbre y el miedo están tan presentes, volvemos a traeros este poema, que recitamos casi como un mantra: "Pongo mi corazón en el futuro./Y espero, nada más".


CONFIADO

Pongo mi corazón en el futuro.
Y espero, nada más.
De los dos monsílabos prefiero
el más claro, el sencillo, el que despliega 
un lienzo en el que todo 
podrá ser. El amor
dará firmeza a lo que digo. Estoy
con los que creen sin ver, con los que andan
sobre las aguas. Cuando el mundo entero
o mi mundo se hunden
tantas veces, entonces
algo relacionado con los pájaros 
y los lirios me salva.
Entonces tengo todas las palabras.
Sueño palabras. Fluctuat nec mergitur.
Prefiero abril. No sé cómo decirlo.
En una calle estrecha de Venecia
he encontrado una casa con un lema
breve sobre el dintel, inscrito en piedra
hace siglos, legible todavía,
que franquea la entreada. Ancora spero.
Tenemos que elegir. Esa es mi puerta.

Juan Antonio González Iglesias


 


Comentarios

  1. A mi me gustaría compartir con vosotros estás palabras:

    Mientras disfrutamos en nuestras casas de todas las comodidades, no podemos concebir cuán inapreciable es el derecho de gozar libremente del aire y de la luz, que nos es otorgado; nos olvidamos constantemente de la multitud de seres que con o sin culpa sufren humillaciones en inmundos calabozos, privados de este privilegio otorgado por Dios. No pensamos en estas multitudes y no nos sentimos ligados a ellas por ningún lazo. Quisiera ahora estar marcado con el mismo estigma que ellos, no apartarme de ellos, no parecerme a esa gran mayoría de gente exteriormente piadosa, que tiene que acicalarse para pasar por respetable.“ — Rabindranath Tagore

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